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Los nuevos paradigmas del emprendimiento


                                                          Gloria Marlene Díaz

Si verdaderamente desean proyectarse como empresas competitivas y perdurables, los emprendimientos deber romper el viejo molde de las Pymes y asumir la cultura de los startups, basada en redes, marcada por la innovación, la internacionalización y el acelerado crecimiento. Según algunos indicadores, este nuevo paradigma está despegando. 

Como citar este artículo. 
Gloria Marlene Díaz (2018).  Los nuevos paradigmas del Emprendimiento. Revista EXPERTO. 1er. semestre. 2018.  No.6  .  P. 16. Ed. Universidad Externado de Colombia.  ISSN. 2422-3654.  

Durante las últimas décadas en Colombia, el desarrollo empresarial se ha venido buscando por medio de políticas, recursos e incentivos que estimulan a emprendedores a crear su propia empresa.

Desde la política pública, el objetivo se concentra en promover emprendimientos que contribuyen con la generación de empleo, calidad de vida y ventas escalables, esto es, empresas con potencial de crecimiento acelerado, que puedan internacionalizarse rápidamente y que tengan la capacidad de hacer crecer utilidades, sin necesidad de reinvertir en la misma proporción en que aumentan los ingresos.

Al revisar cómo el emprendimiento ha aportado al desarrollo empresarial, se identifica que en el año 2006 se promulgó la política de emprendimiento con la ley 1014, que pretendió cambiar los resultados reveladores que dejó el censo del DANE en 2005, según los cuales, el 99,58 por ciento de estas iniciativas se habían convertido en micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes)[1]. Esto quiere decir que las empresas nacientes se asimilaron a un modelo desueto que poco o nada aportaba en términos de crecimiento para el país. 

Y si bien durante 27 años, después de la apertura económica en 1990, los programas de fortalecimiento empresarial han buscado reconfigurar los emprendimientos en torno a la  gerencia con un modelo de negocio, creatividad, innovación, tecnología, internacionalización, productividad y competitividad; no se logra escalar ventas y tener más y mejores empleos. Estos esfuerzos no han rendido sus frutos, así lo demuestran algunos estudios; por ejemplo: para los años 2016-2017 se registró la pérdida de 7 posiciones en el ranking de innovación, que evalúa la inversión en Ciencia, Tecnología e Innovación. Colombia ocupó la posición 79 entre 138 países (informe de competitividad 2017).

A la hora de hacer validaciones con el sistema de medición de desempeño económico del país, se encuentra, por ejemplo, que en el año 2006 Colombia ocupaba el puesto 5 entre los 10 países “más competitivos” de América Latina y en el año 2016 mantenía el mismo lugar.

Estos resultados muestran la resistencia a incorporar competencias gerenciales, lo que ha presionado al Estado a promover ecosistemas para emprendedores, capaces de identificar necesidades del mercado, entender su entorno y aprovechar las oportunidades de la economía globalizada, y desarrollar emprendimientos dinámicos, denominados startups, que ofrecen soluciones efectivas, acertadas, que aseguran la escalabilidad de la venta y demuestran que ni el poder adquisitivo, ni la situación del país, son la barrera que limita el crecimiento, como lo señalan algunos economistas.

Dinámicas del entorno

Las dinámicas del mercado demuestran que una vez el emprendedor validó su producto, necesita gestionar de manera importante la estabilidad en la venta. En este sentido, Confecámaras en 2016 realizó una encuesta que arrojó cifras alarmantes al establecer que la tasa de supervivencia de los emprendimientos en etapa temprana era del 29,7 por ciento, lo que indica que 70,3 por ciento fracasa. Esta cifra responde en gran parte a la tradicional problemática de la Mipyme, con prácticas empresariales inadecuadas que llevan a afirmar que este modelo pone al descubierto, ante todo, en una problemática social.  

Pero al mismo tiempo, se han realizado estudios con resultados más alentadores: el Censo de Emprendedores que llevaron a cabo Innpulsa y la Universidad Nacional en 2016, concluyó que después de 5 años hay 2.696 startups colombianas que en 2017 mantienen escalabilidad en la venta y generan 7.933 empleos de calidad, con estabilidad. Los resultados, además, reportan que estos emprendedores se encuentran en la etapa de empresario en crecimiento, donde el 45,44 por ciento obtuvo este logro en un tiempo no mayor a un año.

Las estadísticas de la Universidad Nacional de Cali e Innpulsa, están demostrando que sí es posible. En este sentido se hace necesario realizar algunas apropiaciones adecuadas para la estabilización y mayor crecimiento, dependiendo de la naturaleza de cada proyecto del emprendedor. La escalabilidad en ventas, que es el principio fundamental de los startups, se debe interpretar en diferentes niveles para que esta tome un mayor impacto.



[1] Ley Mipyme, ley 590 de 2000 caracteriza las empresas en micro, pequeña y mediana empresa, a partir de número de trabajadores y/o activos. Se modifica con la ley 905 de 2004.



De Emprendimiento a Mipyme: ¿Un impulso al desarrollo empresarial?

                                            Autor Gloria Marlene Díaz Muñoz

¿Los Emprendimientos que se encuentran en etapa de Aceleración o Incubación no se convierten en algún momento en  Mipyme? 
¿La escalabilidad de ventas en edad temprana abre una nueva clasificación de empresa en la Mipyme en la  Ley  590 de 2000, 905 de 2004 o el decreto 957?

Durante las últimas décadas en Colombia, el desarrollo empresarial se ha venido impulsando por medio de políticas, recursos y leyes, que entre otras, buscan eliminar las palabras, Micro, pequeña y Mediana empresa (Mipyme) y reemplazarla por Start Up, Emprendimiento o emprendimientos dinámicos. ¿Será tan sencillo el problema; que la Neurolingüística lo soluciona? ¿Los Emprendimientos que se encuentran en etapa de Aceleración o Incubación no se convierten en algún momento en  Mipyme? ¿La escalabilidad de ventas en edad temprana abre una nueva clasificación de empresa en la Mipyme en la Ley 905 de 2004 o el decreto 957?  ¿Por naturaleza propia la ley de Emprendimiento evoluciona tanto el desarrollo empresarial que de Emprendedor se pasa a Gran Empresa y son la mayoría de los emprendimientos?

Bajo estos interrogantes, amerita examinar la racionalidad del impacto del Emprendimiento, lo que se espera de este en el desarrollo empresarial y principalmente en las condiciones del país; en etapas de crecimiento, asignación de salarios, modernización en tecnología y tecnológica , en la competitividad de los productos (bienes o servicios), en las exportaciones y en la calidad de vida de los emprendedores.

En este sentido, lo primero que se debe precisar, es que una vez se constituye la empresa, la gestión y buena practica gerencial ayudan a superar el periodo que deben atravesar por “el valle de la muerte”; dónde vender de manera escalable no es suficiente; sino que también se hace necesario, fortalecer conocimiento y competencias gerenciales de manera sistémica de acuerdo a la etapa que se vive, para perdurar en el tiempo y evolucionar de emprendedor a empresa y en modelos de negocio entre empresas.

Por las diferencias conceptuales entre el hacer y el proponer en la gestión empresarial, las Mipyme (emprendedores en su nacimiento) desde hace 20 años (Apertura Económica) se encuentran en una posición estática y en la mayoría de los casos involucionan, pero esto parece no tener mayor análisis en los resultados que se obtienen. A la hora de hacer validaciones con el sistema de medición de desempeño económico del país, se encuentra por ejemplo que en el año 2006 en desempeño de las empresas (competitividad), Colombia ocupaba el puesto 5 entre los 10 países “más competitivos” de América Latina y en el año 2016 mantiene el mismo lugar.

En cuanto a la dinámica de desarrollo empresarial basada en la innovación y la tecnología, los esfuerzos de las empresas dejaron como resultado en el periodo 2016-2017  la pérdida de 7 posiciones en el pilar de innovación dada la importancia  de invertir en Ciencia, Tecnología e Innovación. Así las cosas, Colombia desciende a la posición 79 entre 138 países (informe de competitividad 2017). 

De esta manera; se podría argumentar que el problema es de innovación, tecnología o falta de emprendimientos? No!. Sin embargo, la "culpa" recae en el emprendedor, porque no apalancan necesidades en función de las etapas de crecimiento de la empresa y se coloca en un estado de riesgo reputacional. Entonces, ¿De quién es la responsabilidad de estabilizar las finanzas de la Mipyme? En esta larga experiencia, afirmaría que depende de la capacidad de gestión y negociación del "gerente". Otra pregunta sería, porque no solucionan el riesgo reputacional? La respuesta en la larga experiencia con el segmento Mipyme, porque no hay “teoría” suficiente que enseñe en la práctica.  A pesar de estas afirmaciones, es necesario que el emprendedor enfrente estos retos Aprendiendo a Emprender y no Emprendiendo para Aprender.