De Emprendimiento a Mipyme: ¿Un impulso al desarrollo empresarial?

                                            Autor Gloria Marlene Díaz Muñoz

¿Los Emprendimientos que se encuentran en etapa de Aceleración o Incubación no se convierten en algún momento en  Mipyme? 
¿La escalabilidad de ventas en edad temprana abre una nueva clasificación de empresa en la Mipyme en la  Ley  590 de 2000, 905 de 2004 o el decreto 957?

Durante las últimas décadas en Colombia, el desarrollo empresarial se ha venido impulsando por medio de políticas, recursos y leyes, que entre otras, buscan eliminar las palabras, Micro, pequeña y Mediana empresa (Mipyme) y reemplazarla por Start Up, Emprendimiento o emprendimientos dinámicos. ¿Será tan sencillo el problema; que la Neurolingüística lo soluciona? ¿Los Emprendimientos que se encuentran en etapa de Aceleración o Incubación no se convierten en algún momento en  Mipyme? ¿La escalabilidad de ventas en edad temprana abre una nueva clasificación de empresa en la Mipyme en la Ley 905 de 2004 o el decreto 957?  ¿Por naturaleza propia la ley de Emprendimiento evoluciona tanto el desarrollo empresarial que de Emprendedor se pasa a Gran Empresa y son la mayoría de los emprendimientos?

Bajo estos interrogantes, amerita examinar la racionalidad del impacto del Emprendimiento, lo que se espera de este en el desarrollo empresarial y principalmente en las condiciones del país; en etapas de crecimiento, asignación de salarios, modernización en tecnología y tecnológica , en la competitividad de los productos (bienes o servicios), en las exportaciones y en la calidad de vida de los emprendedores.

En este sentido, lo primero que se debe precisar, es que una vez se constituye la empresa, la gestión y buena practica gerencial ayudan a superar el periodo que deben atravesar por “el valle de la muerte”; dónde vender de manera escalable no es suficiente; sino que también se hace necesario, fortalecer conocimiento y competencias gerenciales de manera sistémica de acuerdo a la etapa que se vive, para perdurar en el tiempo y evolucionar de emprendedor a empresa y en modelos de negocio entre empresas.

Por las diferencias conceptuales entre el hacer y el proponer en la gestión empresarial, las Mipyme (emprendedores en su nacimiento) desde hace 20 años (Apertura Económica) se encuentran en una posición estática y en la mayoría de los casos involucionan, pero esto parece no tener mayor análisis en los resultados que se obtienen. A la hora de hacer validaciones con el sistema de medición de desempeño económico del país, se encuentra por ejemplo que en el año 2006 en desempeño de las empresas (competitividad), Colombia ocupaba el puesto 5 entre los 10 países “más competitivos” de América Latina y en el año 2016 mantiene el mismo lugar.

En cuanto a la dinámica de desarrollo empresarial basada en la innovación y la tecnología, los esfuerzos de las empresas dejaron como resultado en el periodo 2016-2017  la pérdida de 7 posiciones en el pilar de innovación dada la importancia  de invertir en Ciencia, Tecnología e Innovación. Así las cosas, Colombia desciende a la posición 79 entre 138 países (informe de competitividad 2017). 

De esta manera; se podría argumentar que el problema es de innovación, tecnología o falta de emprendimientos? No!. Sin embargo, la "culpa" recae en el emprendedor, porque no apalancan necesidades en función de las etapas de crecimiento de la empresa y se coloca en un estado de riesgo reputacional. Entonces, ¿De quién es la responsabilidad de estabilizar las finanzas de la Mipyme? En esta larga experiencia, afirmaría que depende de la capacidad de gestión y negociación del "gerente". Otra pregunta sería, porque no solucionan el riesgo reputacional? La respuesta en la larga experiencia con el segmento Mipyme, porque no hay “teoría” suficiente que enseñe en la práctica.  A pesar de estas afirmaciones, es necesario que el emprendedor enfrente estos retos Aprendiendo a Emprender y no Emprendiendo para Aprender.

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