Autor: Gloria Marlene Díaz Muñoz. PhD
Si, de acuerdo con el Global Entrepeneruship Monitor (2016), en nuestro país solo
el 6 por ciento de las nuevas empresas resisten más de 3 años y medio, es justo
preocuparse por tan alto nivel de deserción, y plantear ciertas modificaciones
a la política oficial de estímulos al emprendimiento.
Como citar este artículo.
Los nuevos paradigmas del Emprendimiento. Revista EXPERTO. 1er. semestre. 2018.
Los nuevos paradigmas del Emprendimiento. Revista EXPERTO. 1er. semestre. 2018.
No.7 . P. 57 - 59. Ed.
Universidad Externado de Colombia. ISSN. 2422-3654.
Autor: Gloria Marlene Díaz Muñoz (2018)
Colombia en los últimos años ha venido estimulando la cultura del
emprendimiento. Los planes nacionales de desarrollo 2010-2014 y 2014-2018 establecen,
como uno de sus objetivos principales, fomentar con fuentes alternativas de
financiación los emprendimientos innovadores.
El objetivo de impactar este tipo de emprendimientos tiene componentes
particularmente complejos y difíciles de trascender, pero, al mismo tiempo,
decisivos para el crecimiento económico del país; por lo que resulta
fundamental debatir acerca de las responsabilidades que se han colocado sobre los
emprendedores en Colombia y examinar hasta dónde es alcanzable la tarea impuesta
al emprendimiento, como parte del motor de desarrollo de la economía.
Es importante precisar que existen innumerables “categorías” de
emprendimiento. Las más representativas se identifican como emprendimientos de
alto impacto, dinámico, tradicional, social, medio ambiental, por oportunidad y
por subsistencia. Todas son motivo de debate e investigación, tanto en el mundo
académico como en las organizaciones.
En el caso particular de Colombia, se ha dado prioridad a los
conceptos de Emprendimiento de Alto Impacto y Emprendimiento Dinámico Innovador,
con base en una propuesta del conductismo[1] basada
en la premisa de que el modelo de negocio desarrollado por emprendedores y
empresas exitosos, se convierte en un ejemplo
con potencial multiplicador.
Emprendimiento
de Alto Impacto (EAI)
Aunque su definición, aún
no se establece con precisión, se caracterizan
como emprendimientos que transforman positivamente
el desarrollo del entorno, ya que son influenciadores, dejan de lado la
prioridad de tamaño y rentabilidad, y gestionan el interés monetario
incorporando en sus objetivos beneficios a la comunidad con un rol social.
Esto permite demostrar que el emprendimiento sí tiene viabilidad,
y esta condición contribuye a la tasa de supervivencia de los emprendedores en
etapa temprana y por ende mejorar el desempeño económico de estas
organizaciones y de la nación.
Emprendimiento
Dinámico Innovador (EDI).
Estos emprendimientos se caracterizan por presentar un rápido y
sostenido crecimiento en ventas, tienen un nivel de innovación disruptivo y, en
la mayoría de los casos, involucran tecnología.
La teoría de la innovación disruptiva se le atribuye a Clayton Christensen[2], quien
la define como la capacidad de crear un bien o servicio que causa rupturas en
el mercado, que desestabilizan la competencia y generan nuevas oportunidades.
De esta manera, la innovación disruptiva, se caracteriza por
lograr para el mercado nuevas ofertas de bienes y servicios para nuevos
consumidores. Productos únicos y diferenciados que, en su desempeño, responden
a un patrón de crecimiento acelerado.
Las políticas gubernamentales de apoyo al emprendimiento en
Colombia se han concentrado en las dos categorías de emprendimiento descritas,
EIA y EDI, dejando de lado las modalidades de Innovación Evolutiva[3] o
Incremental[4],
que soporta el Manual de Oslo[5].
En estas, la propuesta de valor se logra con innovación en gestión de procesos
o largos periodos de investigación (tecnología dura) que se cristalizan en
patentes.
Efectividad en el impacto para emprender
La intención de la ley de emprendimiento para
apoyar en etapa temprana, con foco en los emprendimientos dinámicos y de alto
impacto, tiene un excelente propósito, pero se ha convertido en un sofisma de
distracción.
En cinco años se tienen resultados en 2.696
empresas, que reportan crecimiento acelerado en ventas (Censo de
emprendimiento. Universidad Nacional e Innpulsa. 2016). De un lado estas cifras
se ven alentadoras y en constante crecimiento. Del otro, se encuentra que de las
empresas que emprenden en el país, en el primer año subsisten el 55 por ciento;
en el segundo el 41 por ciento y en el tercero el 31 por ciento. Esto revela que,
de estos porcentajes, solo el 6 por ciento de las
nuevas empresas resisten más de 3 años y medio (Global Entrepeneruship Monitor,
2016).
El informe también relaciona que 3 por ciento de
los emprendedores dan inicio con recursos financieros de ‘ángeles
inversionistas’ y 0,5 por ciento con capital de riesgo. Esto permite inferir
que el 86.5 por ciento, lo debe estar logrando con recursos propios o con
deuda.
De manera que la cultura emprendedora se está
viendo afectada por la alta tasa de deserción. En Colombia, a pesar de ser uno
de los países con mayor potencial en población emprendedora, 80 por ciento, la
intención de emprender viene registrando una tendencia negativa. En 2012, el
indicador llegaba casi al 78 por ciento; en 2013 pasó a 77 por ciento; en 2014-2015
a 71 por ciento y, para 2016, el grado de aceptación bajó al 66 por ciento (Global Entrepeneruship Monitor, 2016).
Las cifras son reveladoras. ¿Será entonces que las
políticas concentradas en las modalidades de Emprendimiento Dinámico y de Alto
Impacto como solución para el desarrollo económico del país deben ser
replanteadas? ¿Por qué el emprendimiento Incremental y Evolutivo, que tiene componentes
de innovación de tecnología blanda, se descarta para construir más y mejores
negocios que reconfiguren el tejido empresarial?
[1]
Conductismo es una teoría de aprendizaje cuyo padre es John Broadus Watson
según la cual, la gente adquiere la capacidad para hacer algo a partir de
comportamientos observables.
[2]
Clayton Christensen profesor en Harvad Business School. Clayton introduce el
concepto de Innovación Disruptiva en su libro The innovators dilema (1997)
[3]
Innovación Evolutiva genera nuevas ofertas para usuarios actuales o más de las
ofertas actuales para nuevos clientes
[4]
Innovación incremental, aumenta el número de clientes para la oferta actual.
Genera mayor competencia
[5]
Manual de Oslo. Se refiere a la publicación de la OCDE (Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico) con el título "Medición de las
Actividades Científicas y Tecnológicas. Directrices propuestas para recabar e
interpretar datos de la innovación tecnológica”
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